El espectacular rescate de una persona atrapada en un incendio en Barrios Altos, Centro de Lima, que implicó el uso de un helicóptero de la Policía Nacional y el riesgoso descenso a través de una cuerda de una agente para sacar del peligro a la víctima, nos muestra el lado bueno y digno de aplausos de una institución que tendrá muchos malos elementos, pero también una gran mayoría de efectivos valientes y valiosos a la sociedad, que con su trabajo hacen honor al himno de su institución que dice “donde exista el peligro, donde clame el dolor, siempre habrá un policía, presto a servir, listo a morir por el Perú”. Acciones llenas de valor y decisión son las que necesitamos los peruanos para erradicar la criminalidad e inseguridad que nos golpean. Los ladrones, corruptos y ociosos, que se vayan afuera o a la cárcel. Solo necesitamos a los agentes buenos, los que deberían ser los primeros interesados en que haya una buena fumigación en la PNP, para que no tengan que convivir con las manzanas podridas que son una lacra que hasta ahora nadie se atreve a combatir frontalmente.