Grupos de izquierda anunciaron movilizaciones para exigir la renuncia de la presidenta Dina Boluarte y elecciones anticipadas, como parte de las protestas que dejaron al menos 42 muertos en poco más de un mes, con importantes focos en zonas andinas como Cusco, meca del turismo cuyo aeropuerto cerró por seguridad. (Foto de Diego Ramos / AFP)
Grupos de izquierda anunciaron movilizaciones para exigir la renuncia de la presidenta Dina Boluarte y elecciones anticipadas, como parte de las protestas que dejaron al menos 42 muertos en poco más de un mes, con importantes focos en zonas andinas como Cusco, meca del turismo cuyo aeropuerto cerró por seguridad. (Foto de Diego Ramos / AFP)

Cuando la ola de violencia haya pasado y el país se encamine hacia un desarrollo sostenido en democracia, la moraleja será que la izquierda es un cero a la izquierda para ejercer gobierno y que, salvo el extinto Alfonso Barrantes Lingán (“Frejolito”), un político decente y visionario, los zurdos que hemos visto después en acción simplemente son para el olvido. Con el golpista Pedro Castillo como presidente creyeron haberse sacado la lotería y, desde el saque, se conchabaron para desvalijar las arcas del Estado a todo nivel repartiéndose ministerios y obras públicas. Hasta “Los Niños” metieron mano a su gusto. Y todavía tenían el cuajo de decir que trabajaban para el pueblo con un gobernante salido del Perú rural. Hoy este señor, hijo putativo de Vladimir Cerrón, está preso por pegarla de aprendiz de golpista, con el agregado de que también debe responder como supuesto cabecilla de una organización criminal. Insistimos: girar a la izquierda resulta peligroso para el país y la muestra está en los muertos y saqueos que vemos en varias regiones.