A partir de los 8 años, que inicia la pubertad en las niñas, hay cambios importantes en su cuerpo que demandan atención especial a ciertos nutrientes.

Hacia los 8 y 13 años inicia el desarrollo de la glándula mamaria, y el vello corporal en axilas, zona genital y piernas se torna grueso. La forma del cuerpo cambia, ocurre un nuevo estirón en su talla y las reservas de grasa también varían. Por otro lado, aparece la menstruación que por sí misma requiere un aporte suficiente de hierro.

Uno de los minerales que participa en estos cambios es el zinc y para cubrirlo hay que incluir carnes rojas, pollo, mariscos y frutos secos. El calcio y la vitamina D, necesarios para el estirón puberal, al igual que las proteínas debe asegurarse. El yogurt natural y queso fresco 2 veces al día ayudan a cubrir esta necesidad, mientras que el huevo dentro de las proteínas debería incluirse a diario.

Para prevenir la anemia se deben incluir en la dieta, cada 15 días, alimentos fuente de hierro como hígado y sangrecita, así como más vitaminas, minerales y fibra de verduras y frutas, menestra y granos enteros.

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