Gracias a su energía, el sonido también tiene lo suyo. Por medio de la terapia de sonido oriental (cuencos tibetanos), la persona que asiste a la sesión recibe una charla antes de restaurar el equilibrio, bienestar y placer.
Para este método alternativo, el terapeuta brinda tres tipos de opciones: baño sonoro, masaje sonoro y armonización energética grupal.
A continuación, estas son las explicaciones de cada una:
BAÑO SONORO. Cuando el experto hace sonar los instrumentos de una forma correcta y armónica, a través de la frotación y percusión, genera vibraciones son percibidas por el oyente.
Estas vibraciones se apoderan de la persona brindándole una sensación de "baño sonoro", relajación y placer, debido a la influencia de estos sonidos en el metabolismo celular, equilibrándolo, y haciendo accionar los mecanismos de segregación de endorfinas.
MASAJE SONORO. Aquí los cuencos tibetanos actúan directamente sobre los centros energéticos o "chacras" de la persona. Al vibrar los cuencos, la persona no solamente tiene acceso a la escucha de los sonidos de las vibraciones, sino también a la manifestación física de los mencionados a través de todo su cuerpo.
Es necesario resaltar que esta modalidad individual es brindada por dos terapeutas, de tal forma que la persona recibe simultáneamente el "baño sonoro" y el "masaje sonoro" durante toda la sesión.
ARMONIZACIÓN ENERGÉTICA GRUPAL. Este método es aconsejado para las personas que quieran sentir una experiencia de elevación espiritual, y también para aquellas con dificultades producidas por el estrés, problemas de insomnio, dolencias óseas, contracturas musculares, entre otras.
En dicho tratamiento, los interesados se someten a un el "baño sonoro" y tiene como objetivo trabajar sobre los efectos que el estrés produce. Facilita a la persona que los vivencia encontrar un estado de relajación profunda.
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