El corazón es un músculo que trabaja 24 horas al día todos los días del año. ¿Será posible que nunca se canse o que hayan actividades o funciones que “gasten” más nuestro corazón? La respuesta es sí.

Nuestro corazón puede trabajar más intensamente según las actividades que realicemos durante el día. Por ejemplo: caminar, subir escaleras, dormir, etc. Sumado a esto hay funciones internas del organismo que requieren más volumen de sangre y como consecuencia un mayor trabajo del corazón para bombearla. Una de estas funciones es precisamente la digestión.

Mientras más copioso, abundante o rico en grasa sea el plato, mayor esfuerzo se requiere del corazón (motivo también para dar un espacio prudente entre la comida principal y el ejercicio físico).

El estilo de vida y la calidad nutritiva de la dieta también pueden afectar. Lo mejor para mantener sano el corazón es servirse porciones que calcen solo en el círculo interior del plato de fondo, incluir frutas y verduras a diario y una correcta hidratación.

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