Es más común necesitar perder peso que ganarlo, pero resulta más difícil ganarlo por una sencilla razón: subir unos kilos implica construir tejido, mientras que perderlos obliga a gastar reservas de grasa ya existentes.

La necesidad de ganar peso puede ser por diferentes motivos, dentro de distintos contextos y representan aspectos importantes para elaborar la dieta adecuada, según cada caso.

Cuando se trata de recuperar peso perdido, por ejemplo, tras recuperarse de una enfermedad, agrandar el tamaño de la ración podría ser suficiente.

En cambio, cuando se trata de adultos mayores o personas con delgadez constitucional o personas con poca masa muscular, la dieta debe ser muy personalizada. En estos casos, el incremento de alimentos proteicos como huevo, pollo, semillas y nueces, aceites saludables, menestras y tubérculos son parte del tratamiento nutricional. Estas dietas requieren de asesoramiento profesional para que la ganancia no sea a costa de la salud.

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