La carretera Marginal, localizada en la provincia de Atalaya, en Ucayali, fue escenario el último miércoles de la caída al abismo de una camioneta, que provocó la muerte de siete integrantes de una familia. El mismo día, en la avenida Canta Callao, en el distrito limeño de San Martín de Porres, dos hombres fallecieron luego de que una combi invadiera la vereda, chocara contra otro vehículo y se volcara.
Estos accidentes de tránsito reflejan la sombría realidad de las pistas en nuestro país. Según el Observatorio Nacional de Seguridad Vial, del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), en lo que va de 2021 han ocurrido a nivel nacional un total de 1981 siniestros viales, que dejaron 1309 muertos y 1667 lesionados. Más de la tercera parte se trató de un choque, pero también los despistes y atropellos fueron recurrentes.
De acuerdo al observatorio, Lima registra la mayor cantidad de accidentes de tránsito, siendo San Juan de Lurigancho el distrito más peligroso en cuanto a seguridad vial . Le siguen las regiones de Puno, en el sur, y La Libertad, en el norte (ver infografía). No obstante, si se analiza la fatalidad, Madre de Dios y Moquegua figuran como las primeras.
Asimismo, más de la mitad de los siniestros viales se registraron en la zona urbana de los departamentos, y son las avenidas y las carreteras las que concentraron el 72% de estos.
Respecto a los más vulnerables a ser víctimas de accidentes, en el 57% de los casos están involucrados peatones, ciclistas, motociclistas, entre otros. Y la mayoría murió en el lugar de los hechos. “La falta de cultura vial en la ciudadanía es la raíz del fondo”, acotó Quispe Candia.
Reducen velocidad en avenidas y jirones
Para el presidente de la ONG Luz Ámbar, Luis Quispe Candia, estas cifras muestran que la incidencia se mantiene igual. “Solo hubo una merma considerable el año pasado en particular frente a la inmovilización de los vehículos”, sostuvo. Lo que también sigue igual, al menos en los últimos 20 años, son las causas, siendo la primera el exceso de velocidad.
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“La segunda es la imprudencia del conductor, como la somnolencia o no respetar las señales de tránsito; la tercera, la ingesta del licor y la cuarta la imprudencia del peatón”, agregó a OJO.
Sobre la reducción de la velocidad en avenidas a 50 km/h y en jirones 30 km/h, Quispe Candia opinó que es una buena medida para evitar muertes; sin embargo, el problema en nuestro país es que no hay controles electrónicos para fiscalizar su óptimo cumplimiento.