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Por: Grecia Llanos
La alta tasa de contagiados y fallecidos por COVID-19, que se registraba a diario en el país, animó a Mario Arce Zuloaga, de 28 años, a participar como voluntario de los ensayos clínicos fase 3 de las vacunas contra el COVID-19 desarrolladas por el laboratorio Sinopharm.
Pese a que se trataba de una experiencia nueva e incierta, el joven administrador no se amilanó. Buscó información, averiguó los requisitos y logró inscribirse al proceso el 30 de agosto. “Consideré que era una buena oportunidad para ayudar al Estado y a los demás ciudadanos”, comentó a OJO.
Dos semanas y media después, exactamente el pasado 17 de septiembre, fue citado al Centro de Estudios Clínicos de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH) para ser inoculado.
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“Cuando estaba en la sede de vacunación es curioso lo que sentí. Te dan nervios porque te pones a pensar que estás siendo partícipe de algo desconocido y, a la vez, esperas que tu contribución ayude a generar conocimiento”, dijo.
Esa sensación causada también por pensar que podía presentar un efecto adverso se disipó tras escuchar la explicación detallada del equipo científico y ser sometido a ocho pruebas para evaluar su estado físico y mental. “Aportar para que esto tenga éxito, que más ciudadanos eviten contagiarse o mueran es lo que me reconforta”, sostuvo.
APOYO.
Al igual que Mario, ayer el profesor y fotógrafo José Cossío Guillén, de 41 años, acudió a las 9:30 a.m. a la sede de la UPCH, donde fue inyectado con el virus o el placebo. “Ha sido un proceso con bastante control. Me sentí tranquilo y no he presentado ningún síntoma”, contó a este diario horas después de dejar la institución.
El docente de Historia y Geofrafía aseguró que lo motiva la idea de “quedar libres de contagios” y “ponerle fin a la pandemia” del COVID-19. Además de apoyar a la investigación científica. “Esta contribución va a ayudar a la sociedad”, remarcó tras detallar que será monitoreado por médicos a diario a fin de ver cómo reacciona su cuerpo a la vacuna.
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El doctor Germán Málaga, a cargo del equipo de investigadores de la UPCH, precisó a OJO que, desde el pasado 9 de septiembre, en que inició la prueba de vacunas, hasta la fecha, más de 900 voluntarios han sido inoculados.
“Reacciones adversas importantes ninguna, menos del 10% presentó dolor local o fiebre muy leve; un paciente tuvo diarreas, pero es todo lo que hemos tenido. (Estos síntomas) se han presentado en el mismo día”, comentó.
Agregó que al día reciben 120 voluntarios y la próxima semana empezarían a colocar la segunda dosis a los primeros que fueron vacunados.