Un total de 111 fusiles de guerra fueron manipulados, transformados y recreados de manera artesanal, convirtiéndolos en armas hechizas. Todo habría ocurrido en un almacén del Ejército del Perú. (Foto: Archivo GEC)
Un total de 111 fusiles de guerra fueron manipulados, transformados y recreados de manera artesanal, convirtiéndolos en armas hechizas. Todo habría ocurrido en un almacén del Ejército del Perú. (Foto: Archivo GEC)

Un total de 111 fusiles de guerra fueron manipulados, transformados y recreados de manera artesanal, convirtiéndolos en armas hechizas. Todo habría ocurrido en un almacén del Ejército del Perú.

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Un reportaje de Cuarto Poder reveló que la procedería del Ejercito denunció la desaparición de 111 fusiles Galin 5.56. De acuerdo al informe periodístico, el referido armamento de guerra era desarmado para que sus parteas sean retiradas de las instalaciones militares sin dejar evidencia y sean reemplazadas por componente no originales, para luego ser convertidas en armas hechizas.

En el 2021, el comandante Zanoni Durand ingresa como nuevo comandante del Batallón de Material de Guerra 512 y se descubre que en el Almacén N° 1, 111 fusiles de modelo Galin 5.56 no tenía el cajón de mecanismos, evidenciando que dicho armamento había sido manipulado y que varias partes eran maquetas.

Durand asume el cargo en reemplazo del comandante Ricardo Jaramillo, quien le entrega la documentación de las armas sin novedad. Sin embargo, Durand descubre que 111 fusiles fueron manipulados, con varias partes que resultaron ser maquetas.

Al informar de este hallazgo, Durand solicita a su superior, el jefe del Servicio de Material de Guerra del Ejército, que tome medidas urgentes e inicie una investigación.

El general de Brigada Mario Chávez Cresta, hermano del actual ministro de Defensa, Jorge Chávez Cresta, es la figura detrás de la información sobre la “canibalización” de los 111 fusiles Galil. Durand intenta que la Inspectoría de Material de Guerra realice una investigación y tome medidas, pero el general Chávez le exige a Durand que le entregue un informe detallado.

Según el código 96105944, el arma carece de culata, mira delantera, agujas percutoras y anillos de vástago de la guía. El cañón presenta picaduras en las ánimas, y el cajón de mecanismo ha sido reconstruido de manera artesanal. No posee guardamanos ni gatillo.

El código 96116494 tampoco cuenta con culata ni agujas percutoras. Exhibe daño en los anillamientos de primero, segundo y tercer grado. El cajón de mecanismo no es original, y carece de resortes de guardamanos y abrazaderas traseras. Además, no tiene palanca del fiador, mira ni cubre llamas.

Durand resume sus hallazgos y envía el informe a su jefe, el general Mario Chávez Cresta. El hermano del ministro ordena sancionar al comandante Jaramillo con 8 días de arresto simple por no informar sobre esta grave denuncia.

Denuncian al oficial que reveló situación de los 11 fusiles

A principios de 2022 y con el proceso aún en curso, se designa un nuevo jefe de material de guerra del Ejército, el general Aldo Cornejo. Este último ordena que Inspectoría elabore un nuevo informe detallado del material de guerra existente en el batallón 512, donde se descubrieron las armas canibalizadas.

En este informe, Inspectoría confirma las denuncias de Durand. Se concluye que los 111 fusiles Galil encontrados en el BMG 512 están en un estado inservible y son “inservibles e irrecuperables” debido a que son “armas réplica artesanal con componentes no originales reconstruidos artesanalmente”.

Hasta el 17 de enero de 2024, tres años después, la Procuraduría del Ejército decide denunciar ante el fuero militar la pérdida de los cajones de mecanismo de los 111 fusiles Galil, a pesar de que el comandante Durand ya lo había denunciado desde el 2021.

Curiosamente, la denuncia de la Procuraduría señala “la presunta comisión de infracción penal cometida por el teniente coronel Zanoni Durand y los que resulten responsables”. Esto implica que la Procuraduría del Ejército denuncia al oficial que reveló la pérdida del material de guerra.

Es importante destacar que en tan solo una semana, la policía ha logrado incautar fusiles de asalto en manos de la criminalidad. Se registró un caso en Chagual, La Libertad, y otro en Ventanilla. Estos incidentes confirman la intención de los delincuentes de adquirir este tipo de armamento para perpetrar sus crímenes.

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