El desempleo juvenil es una de las tantas consecuencias de la pandemia del coronavirus. Solo en Perú, la tasa de desempleo aumentó en más del doble desde el inicio del Estado de Emergencia (6.1%) hasta el cierre del año (15.1%). Así pues, el 20% de los limeños se encuentran desempleados al cierre del presente año (septiembre, octubre y noviembre), según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).

“Son las y los jóvenes, las mujeres y las personas con bajos recursos económicos que no culminaron la secundaria quienes se han visto más afectados en esta coyuntura, y son exactamente el mismo perfil poblacional que recibe un mayor impacto en cualquier tipo de crisis”, declaró María José Gómez, directora de la Fundación Forge.

Solo en ese trimestre más de 70 mil jóvenes entre 14 a 24 años quedaron desempleados, respecto al año anterior. Además, el porcentaje de jóvenes con un empleo adecuado se ha reducido en un 40%. Hoy por hoy, solamente el 10% de jóvenes peruanos tiene uno.

“Lo que nos deja el 2020 es el empleo juvenil como estrategia en la reactivación económica del país. Solo en Lima, el 19.8% de jóvenes entre 14 y 24 años perdieron su trabajo y uno de cada tres de estos jóvenes no habría alcanzado culminar su secundaria. La vulnerabilidad y pobreza de la población con menos recursos es una de las consecuencias de la Covid-19 que deberían atenderse de forma más inmediata”, especificó Gómez.

Para hacerle frente a las cifras, la Fundación Forge, a través del programa de empleo juvenil “TU FUTURO”, que desarrolla habilidades socioemocionales y competencias digitales, ha capacitado virtualmente este año a más de 400 docentes y a 2 600 jóvenes pertenecientes a familias de bajos recursos económicos.

Las mujeres son las más afectadas

Si bien la pérdida de empleo afectó a toda la población, ha tenido mayor impacto en las mujeres (16,7%). Sobre esto, Gómez señaló que estas cifras obedecen, posiblemente, a la desigual distribución de las tareas de cuidado en los hogares que a la misma dinámica económica del país.

“El ingreso promedio mensual se ha reducido. Aún con esta disminución, el promedio de hombres es un 20% más que el promedio de ingresos de las mujeres antes de la crisis”, acotó.

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