Quince años después de su rescate, la orangután Pony se encuentra sana y recuperada de las torturas que recibió cuando una familia la prostituyó con hombres que pagaban un par de libras por ella.
La historia ocurrió en la ciudad de Borneo, en Indonesia. La orangután Pony era maquillada, depilada, vestida con ropa de mujer y con joyas para ser entregada a trabajadores agrícolas de zonas colindantes.
En ese entonces, la Autoridad Central de Conservación y Recursos Naturales de Kalimantan (BKSDA) y la Fundación BOS realizaron una larga investigación para reunir pruebas de que el animal era abusado sexualmente.
Sin embargo, cuando se realizó la denuncia, la familia que tenía a Pony amenazó a estas personas con armas y cuchillos. Hasta el final, los dueños se negaron a entregar al orangután por la gran fuente de ingresos que generaba.
Por este motivo, al menos 35 policías armados tuvieron que rescatar al animal.
Tras su rescate, Pony fue trasladada al Centro de Rehabilitación Nyaru Menteng, donde hasta ahora vive en cautiverio, ya que se descubrió que fue separada de su madre siendo solo una bebé, por lo que no podría ser reintegrada a su habitad.
En los primeros años, la orangután solo podía ser tratada por mujeres pues sufrió severos daños psicológicos que la dejó con un miedo atroz a los hombres.
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