La avezada venezolana Wanda del Valle Bustamante “La Bebecita del crimen”, pareja y compatriota del asesino abatido Christopher Joseph Fuentes González “Maldito Cris”, habría heredado las pistolas y una subametralladora mini Uzi de ese delincuente, que pretende utilizar para evitar su captura por la Policía o ser asesinada por bandas rivales del fallecido criminal.
MIRA: Wanda, pareja del ‘Maldito Cris’, es buscada por la Policía Nacional: conoce su perfil psicológico
Según fuentes policiales, la mujer estaría a la deriva y sin saber qué hacer, pues su “protector”, quien asesinó a un sereno y a un policía, fue abatido el último viernes en San Martín de Porres.
Wanda del Valle tiene cinco armas, incluida una mini Uzi que podría usar para defenderse o continuar con el negocio del “Maldito Cris”: alquilar armas de fuego.
La Policía presume que la mujer también habría heredado enemigos de “Maldito Cris”, como los miembros de las bandas “Los Hijos de Dios” y “Puros Hermanos Sicarios”, que se disputaban con el fallecido el negocio de la explotación sexual, el cobro de cupos y el liderazgo de la banda “El Tren de Aragua”.
Según el interrogatorio preliminar a Dany José Marcano Andrade (28) y Albin Daniel Vargas García (23), cómplices de Christopher Fuentes, el sanguinario delincuente, también llamado “Fifo”, llevaba varias armas consigo porque las iba alquilar a otros maleantes con quienes se reuniría el día que fue abatido a tiros por la Policía.
Wanda del Valle tiene un hijo menor de edad del “Maldito Cris”. Como se recuerda, “Maldito Cris” mató el 14 de abril al sereno de Surco Luis Manrique y en septiembre de 2022 al suboficial PNP Jonathan Puga.
Cómo operaba el ‘Maldito Cris’
“Maldito Cris” ya lideraba la banda “El Tren de Aragua”, que tenía como base Lima Norte, por lo que ganó enemigos de otras organizaciones criminales procedentes de su país natal, Venezuela.
Durante la vigilancia policial a “Maldito Cris”, los agentes descubrieron que cambiaba de guarida cada semana y se movilizaba con escolta que lo custodiaba de cerca en una camioneta, mientras él iba en su moto.
“Se ocultaba en hoteles de Lima sur y Lima norte, y en casas de hampones. Con frecuencia cambiaba de número de celular y casi siempre se comunicaba por WhatsApp. Operaba solo, pero como estaba buscado y no podía salir del país tuvo que pedir protección de otros delincuentes”, contó un detective de la División de Investigación de Homicidios de la Dirincri.