Tras luchas cuatro años seguidos contra el cáncer, Gerardo Andrés Luévano encontró la muerte de la forma menos esperada, habiendo superado la enfermedad y camino a casa con un futuro por delante.
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Gerardo, con tan solo 16 años, fue diagnosticado con un tumor mediastinal en su cavidad torácica, siendo sometido a una operación para extraerlo, pero un año y medio después tuvo que volver al quirófano por otro tumor maligno en el brazo.
Con el apoyo de su familia, logró superar las interminables sesiones de quimioterapia y lleno de orgullo, decidió tatuarse un ‘Ave Fenix’ en símbolo de su fortaleza para continuar luchando por la vida.
Lamentablemente, luego de terminar su carrera universitaria y con una historia de vida increíble, fue víctima de un mal conductor que lo impactó cuando iba a bordo de un ‘Uber’, siendo expulsado por los aires tras el impacto, encontrando su fin a las 2:30 am en México.
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