Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.

El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.

Hoy te cuento la historia de Julieta, de 46 años, de Pueblo Libre:

Doctora Magaly Moro, llevo 18 años de casada con Gustavo, tenemos dos hijos de 15 y 10 años. Él es un hombre trabajador, tenemos una empresa de venta de lubricantes para autos y nos va muy bien en el aspecto económico, no me puedo quejar, lo único que me molesta de mi marido es su comportamiento chabacano.

La gota que derramó el vaso ocurrió hace dos semanas en un paseo con una pareja de amigos y sus hijos. Viajamos a pasar el fin de semana en un hotel hacienda en Ica. Al llegar al hotel, a mi amiga y a mí nos gustó la elegancia y el cuidado que habían en las instalaciones. Mi marido, que tiene una voz potente, dijo en la recepción: “Espero que el servicio valga la pena por lo caro que me está costando”.

Yo me moría de la vergüenza, pero traté de disimular mi fastidio, en especial porque mi amiga y su esposo me quedaron mirando. Creo que notaron mi incomodidad por el comentario desatinado de Gustavo. Después de instalarnos en los bungalows, salimos a hacer un recorrido por la hacienda y participar de una cata de pisco.

Durante la cata, mi marido empezó a hacer sus “bromas” con frases como “voy a tomar toda la botella para aguantar a mi suegra” y “que mi mujer tome para que afloje más rápido”. Yo estaba furiosa, doctora. Nuestros amigos trataron de disimular, pero se notaba que sentían vergüenza ajena; y ni qué decir de los turistas que nos acompañaban.

Estoy pensando seriamente separarme de mi esposo, porque ya no soporto su actitud. ¿Cree que hago bien?

CONSEJO

Querida Julieta, entiendo lo incómoda que debiste haberte sentido. Antes de plantearte separarte de tu esposo, creo que debes hablar con él y explicarle que su comportamiento y comentarios desatinados te incomodan y lo hacen quedar mal a él. Hazle notar en qué se está equivocando y que se lo dices porque quieres que mejore para que su relación no se vea perjudicada. Suerte.