Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.

El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.

Hoy te cuento la historia de Carlos, de 33 años, quien me escribe desde Chorrillos:

Doctora Moro, estoy bastante preocupado por la conducta de mi novia, no pensé que comía demasiado y no me gusta ese comportamiento. Puedo entender que tenga buen apetito, pero ella come demasiado.

A Lorena la conozco hace ocho meses. Desde que la vi me encantó. Se veía tan delicada y fina; no obstante, era pura apariencia. Hace cuatro meses le pedí que fuera mi novia y su personalidad cambió completamente. Al principio, me agradaba que tuviera tanta confianza conmigo, pero ahora siento que ha sobrepasado los límites y me desagrada.

Mi novia es de contextura delgada, pero muy delgada. Parece una modelo. También es alta, tiene una piel preciosa, es inteligente y trabajadora. Todo de ella me gusta, salvo como come. Es demasiado tragona y, además, hasta pierde los modales cuando está comiendo. Habla con la boca llena, se ensucia con las cremas y arrasa con todo lo que hay en su plato tan rápido que parece que estuviera en una competencia de glotones.

Ya le he pedido educadamente que sea más delicada en la mesa, pero Lorena se molesta. “Déjame comer en paz, ¡caray! O, si tanto te incomodo, desaparece de mi vista”, me dice. Yo la amo, pero me da vergüenza que el resto de personas la miren con desagrado cuando come.  ¿Qué me aconseja señora Moro?

CONSEJO

Estimado Carlos, si ya conversaste con Lorena, pero ella no tiene la menor intención de cambiar, entonces es posible que tengas que lidiar con este comportamiento a lo largo de tu relación. Te aconsejo que intentes una vez más hablar con ella, pero si insiste en que no la molestes, analiza si podrás convivir con este problema o no. Suerte.