Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.

El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.

Hoy te cuento la historia de Luciana de 20 años, de Comas:

Doctora Magaly, le escribo con el corazón destrozado. Mi enamorado Juan Carlos ha terminado conmigo después de un año de relación porque quiere ser sacerdote.

Nos conocimos en la parroquia, cuando nos preparábamos para la Confirmación. Primero fuimos amigos y luego surgió el amor. Lo que más me gustó de él fue su carácter amable y educado. Físicamente también está de buen ver. Es guapo, además de inteligente.

Yo me sentía la mujer más afortunada de tener un enamorado como él. Mi mamá también estaba encantada con nuestra relación, decía que era un buen chico y aprobaba que fuéramos enamorados.

Después de recibir el sacramento de la Confirmación, Juan Carlos y yo continuamos participando en la parroquia. Nos hicimos catequistas. Todo marchaba bien entre los dos, hasta hace unos meses que él decidió participar en un retiro vocacional. Doctora, yo no sabía nada, él asistió a ese retiro a escondidas de mí.

Hace una semana me confesó que había sentido el llamado de Dios y que deseaba convertirse en sacerdote. Doctora, casi me muero. Juan Carlos había decidido terminar conmigo para ingresar al seminario y prepararse para ser cura.

Estoy llena de impotencia porque si Juan Carlos me hubiera dicho que me dejaba por otra, yo le hubiera reclamado y tal vez hecho hasta la imposible porque no me deje; pero al decirme que me cambia por seguir a Dios, me ata de manos. Yo no puedo luchar contra Dios. ¿No sé qué hacer, doctora?

CONSEJO

Querida Luciana, debes comprender que Juan Carlos ha descubierto su vocación y desea ser sacerdote. No pienses que te está cambiando, simplemente ha tomado una decisión y debes aceptarla, por más que eso te cause tristeza. Tal vez hoy te sientas así, pero más adelante entenderás que lo mejor es que cada uno busque su felicidad. Si realmente quieres a Juan Carlos, debes dejarlo ser feliz. Suerte.