Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.

El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.

Hoy te cuento la historia de Faustina, de 65 años, quien me escribe desde Los Olivos:

Doctora Magaly Moro, le escribo para contarle que soy una mujer que enviudó hace 32 años. Mi esposo murió en un accidente de tránsito dejándome con mis tres hijos pequeños, de 6, 4 y 2 años de edad, a quienes saqué adelante con esfuerzo y dedicación.

Durante ese tiempo nunca pensé en volverme a casar, porque siempre estuve dedicada íntegramente a mis hijos. Los tres ya son unos hombres profesionales, hechos y derechos, de los cuales me siento muy orgullosa.

Pero a medida que los hijos crecen, ellos buscan su propio camino. Yo he empezado a sentirme sola. Para distraerme, una amiga de mi barrio me invitó a participar de un grupo donde se reúnen los adultos mayores de mi distrito.

Con ellos la paso muy bien, hacemos ejercicios de acuerdo a nuestra edad, salimos de paseo y llevamos clases de baile. Fue en estas actividades que conocí a Vicente, un caballero en toda la extensión de la palabra.

Me ha invitado a salir y la pasamos muy bien juntos. Me ha pedido que seamos novios. Yo acepté, pero cuando se lo comenté a mis hijos me han dicho que estoy loca, que no tengo edad para estar de novia.

Doctora, me molesta la actitud de mis hijos, ellos ya son grandes y creo que yo tengo derecho a rehacer mi vida. ¿Cree que hago mal por haberme vuelto a enamorar?

CONSEJO

Querida Faustina, estás en todo tu derecho de volver a enamorarte. Tus hijos están actuando de forma muy egoísta. Habla con ellos seriamente y mantente firme en tu decisión de tener pareja. Recuerda que para el amor no hay edad. Vicente y tú deben vivir su romance con total libertad y sin temores. Estoy segura que tus hijos entenderán. Suerte.