“Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.

El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.

Hoy te cuento la historia de Pierina, de 35 años, que nos escribe desde Surquillo.

Querida doctora Magaly, le escribo con el alma en un hilo porque mi matrimonio se desmorona en el silencio de nuestra alcoba. Llevo cinco años de casada y, aunque el amor sigue intacto, siento que el deseo de mi esposo se ha esfumado como el humo. Lo que antes era una llama ardiente de pasión, hoy se ha convertido en un frío desierto donde mis caricias ya no encuentran puerto.

He intentado de todo para recuperar esa chispa que nos unía, desde lencería fina hasta preparar cenas románticas que terminen en una entrega total. Me esmero por lucir bella para él, buscando provocar ese brillo en su mirada que me hacía sentir única y deseada. Sin embargo, cada vez que intento acercarme con intenciones sutiles, me encuentro con un muro de indiferencia que me rompe el corazón.

Sus respuestas son las mismas excusas de siempre, alegando que el trabajo lo tiene agotado o que simplemente no tiene energías para la intimidad. Incluso ha llegado a decirme que mis ganas son exageradas y que no es normal buscar ese encuentro íntimo con tanta frecuencia. Sus palabras me hacen sentir rechazada, como si mi naturaleza fuera un error o algo de lo que debería avergonzarme.

Ya no sé qué más inventar para que Antonio vuelva a verme con los ojos de deseo y que no podía quitarme las manos de encima. Me duele profundamente sentirme como una extraña en mi propia cama, rogando por una atención que debería nacer de forma natural. Tengo miedo de que este vacío termine por alejarnos definitivamente y que el fuego de nuestro hogar se apague por completo. ¿Qué hago?

CONSEJO

Querida Pierina, es comprensible que te sientas herida ante el rechazo, pero no permitas que eso dañe tu autoestima. El deseo masculino puede verse afectado por factores externos como el estrés o el cansancio, que no necesariamente reflejan falta de amor. Te sugiero dialogar sin reproches para entender qué le sucede a Antonio y, si es necesario, buscar apoyo profesional que los ayude a reencontrar su equilibrio íntimo. Suerte.