“Gato”, el showman

El ‘Gato’ Bazán es el alma de Armonía 10. Sin él todo es plano, repetitivo, una suma de canciones bohemias que remarcan el dolor profundo. Con él, todo cambia. El escenario adquiere otro matiz: no solo anima, sino que también baila, salta, coquetea y hasta canta. Su estilo es la versatilidad con que se mueve sobre las tablas, la adrenalina pura deslizándose al ritmo de parrandas cumbiamberas y sanjuanitos pegajosos. Es un “Gato” ágil y chacotero, que ha cumplido 25 años como showman de la Primerísima Armonía 10.

Trayectoria. Luis Enrique Bazán Ginocchio empezó como locutor de radio a los 12 años. Trabajó en radio Panamericana de Lima, Santa Ana y Progreso de Piura. En la capital, entrevistó a Gustavo Cerati de Soda Stéreo, a Lizandro Meza, Las chicas del Can, entre otras celebridades. De regreso a Piura animó en un grupo de rock y en peñas criollas. Luego pasó a Piura Boys, donde permaneció tres años.

“Un día, hace 25 años, Walter Lozada (dueño y fundador de Armonía 10) me manda a llamar con Lucho Amaya”, cuenta el ‘Gato’ Bazán, mientras bebe un jugo surtido en un restaurante de Piura. “Estábamos en una fiesta por carnavales en el asentamiento humano San Martín, su barrio. Me mandó una caja de cerveza y me dijo que quería conversar conmigo. Allí empecé con Armonía 10”.

Desde entonces ya era conocido por las locuras que ensayaba sobre el escenario. El “Gato” Bazán encendía la mecha de todos los conciertos, y abría puertas. En esa época comenzaron a salir de la región Piura; viajaron a Trujillo, Ica, Huacho y llegaron hasta Lima. Ahora, después de 45 años de fundación de Armonía 10, esta orquesta ha cantado en Estados Unidos y Europa.

Showman. La mejor época de Armonía 10 –recuerda el “Gato” Bazán– fue cuando estaban los finados Makuko Gallardo, Percy Chapuñay y los aún vivos César Saavedra y Carlos Soraluz. Este último aún permanece en la orquesta, luego de un distanciamiento, junto a una nueva generación de cantantes. Canciones como El cervecero, Serrana Mía, Un cigarrillo y un café, Lagrimitay, entre otros, calaban hondo en los fanáticos y destilaban miles de litros de cerveza en los conciertos.

Pero la nostalgia no es lo suyo. El “Gato” Bazán es un hombre que ama la música disco y electrónica, el relajo y el espectáculo. “No me gusta estar triste. Por eso no me gusta la música romántica. Lo mío es la adrenalina, la pasión sobre el escenario, el cochineo, el juego, el desborde de energía”, relata. Y esa inyección de energía aflora cuando se sube a su moto y maneja a 100 Km/h. Maneja y conversa, se desliza con una mano en el timón y con la otra hace gestos para su acompañante.

Lo que más sorprende del showman de Armonía 10 es, sin embargo, la vitalidad que mantiene a sus 52 años. Uno puede revisar los videos de hace 15 años y verá a un “Gato” Bazán quizá más flaco, pero con la misma energía y entrega sobre el escenario que el hombre que anima las presentaciones de la orquesta en las fiestas de carnavales de este año. Energía, pasión, juego, eso es el “Gato” Bazán.

En ese viaje largo que ha significado su carrera como showman de Armonía 10, el “Gato” ha aprendido a amar nuestro país. Ha cantado en el Vraem, en Juanjí, Amazonas, Madre de Dios, Tarapoto, Tocache. “En costa, sierra y selva. Y después de tantos viajes puedo decirte que no hay otro como mi Perú. Nuestra gente es brava, pero linda. A ellos nos debemos. Y ellos hacen que sigamos recorriendo todo el Perú con la Primerísima Armonía 10”, dice al tiempo que reconoce que hay “Gato” para rato.

En ese viaje largo que ha significado su carrera como showman de Armonía 10, el “Gato” ha aprendido a amar nuestro país. Ha cantado en el Vraem, en Juanjí, Amazonas, Madre de Dios, Tarapoto, Tocache. “En costa, sierra y selva. Y después de tantos viajes puedo decirte que no hay otro como mi Perú. Nuestra gente es brava, pero linda. A ellos nos debemos. Y ellos hacen que sigamos recorriendo todo el Perú con la Primerísima Armonía 10”, dice al tiempo que reconoce que hay “Gato” para rato.