El último sábado, siete mujeres intentaron ingresar al penal de Lurigancho 116 latas de cerveza, 11 botellas de whisky, 13 de ron y una de vino ocultadas solo en bolsas de plástico. Esta misma semana, en el interior de pedazos de madera, Gilmer Gonzáles camufló droga que pretendía hacer llegar a un familiar preso en el penal de Jaén (Cajamarca).
El mismo propósito tuvo Estela Martínez, conviviente de un interno de Tumbes, quien utilizó paquetes de sopas instantáneas.
En lo que va del año, según reveló a OJO el Instituto Nacional Penitenciario (Inpe), han sido 1271 los intervenidos por intentar ingresar artículos o sustancias prohibidas a las cárceles del país.
DETALLES. En rollos de papel higiénico, zapatos, desodorantes, alimentos y hasta en sus partes íntimas, estas personas quisieron cumplir su cometido durante las visitas. Sin embargo, fueron detectadas a tiempo.
Carlos Romero, jefe del sistema penitenciario, explicó "que las intervenciones fueron posibles mediante dos modalidades: la ordinaria, que se realiza de forma manual o con el control vía rayos X en cada penal, y la especializada, que realiza el Grupo de Operaciones Especiales (Goes)".
Principalmente escondían chips y microchips de celulares (768), celulares (394), baterías de celulares (292), drogas como PBC (5657 gramos) y marihuana (4106 gramos), y bebidas alcohólicas (637).
“Hay artículos prohibidos, como los celulares, que al intentar hacerlos ingresar se comete un delito y acarrea pena privativa de libertad. Hay otros que no están permitidos y constituyen solo una sanción administrativa, como son las bebidas alcohólicas. En ambos casos, se suspende la visita de la persona”, refirió Romero.
La mayoría de las intervenciones se realizaron en los penales de Lurigancho y Trujillo.
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