Todo tipo de violencia contra la mujer afecta el bienestar de las personas, familia y la propia comunidad, convirtiéndose en uno de los mayores problemas de salud pública. El sector salud además de atender el daño físico y mental de las víctimas, impulsa, apoya y promueve los espacios de diálogo y expresión que equilibren la relación entre el hombre y la mujer.
La marcha nacional Ni Una Menos es una movilización social beneficiosa para la salud mental de la comunidad porque se constituye en un medio para expresar opiniones contenidas, que buscan frenar este grave problema y expresar el deseo de equidad de género en el país.
“Esta iniciativa debe ser un paso firme de la sociedad civil para formar y fortalecer redes que promuevan una convivencia pacífica y saludable en favor del respecto y desarrollo mutuo”, aseguró Yuri Cutipé, director de Salud Mental del Minsa.
La violencia contra la mujer no es solo física sino también psicológica, afectando a la autoestima de la mujer y cuando se perpetúa puede a corto o largo plazo terminar en la muerte. Además, este fenómeno afecta al espacio familiar donde los niños son los más afectados en el ámbito emocional y social, en especial durante su etapa formativa.
El Minsa, a través de sus Centros de Salud Mental Comunitarios (actualmente 23 en seis departamentos del país) trabaja para atender y prevenir cualquier tipo de violencia que afecte la salud mental de las personas, además promueve la relación de buen trato y de respeto de la condición humana y del respeto de los derechos que tienen ambos.
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