Santa Bárbara,  la Mina de la Muerte
Santa Bárbara, la Mina de la Muerte

La mina Santa Bárbara es casi mitológica, casi como El Dorado, pues aseguran que se podía entrar a caballo a su interior, donde albergaba una ciudad con iglesias, un cementerio y hasta una plaza de toros en la que agotados obreros podían evadirse por un momento de su penosa existencia, ya que nunca más saldrían con vida del socavón.

En algún momento de su terrible leyenda fue llamada la Mina de la Muerte, por los centenares de pobladores traídos de los campos para ser esclavizados en ese lugar hasta su muerte. Si no los mataba el azogue o mercurio, lo hacía la extenuación debido a sus duras faenas.

Historia. Esta mina se ubica a 4.9 kilómetros al sur de la provincia de Huancavelica, sobre el cerro Chaclatacana. Desde la provincia se tarda en llegar allí entre 15 y 20 minutos en auto. Actualmente luce abandonada y está clausurada por un tema de seguridad y salubridad, debido a que en su interior hay gases sumamente tóxicos.

Sostienen que se comenzó a explotar en 1566, cuando los españoles se enteraron de su existencia gracias a un nativo llamado Ñahuincopa, quien les contó que tenía “llimpi” o mercurio en cantidades inmensas, en las entrañas de la tierra, y que lo usaban para realizar pinturas y tratar el oro.

El ambicioso encomendero Amador Cabrera, de Huamanga, oyó también la historia de Ñahuincopa y comprobó que en ese cerro efectivamente había azogue (mercurio) y compró la mina a título propio para comenzar a explotarla en su beneficio. Empero, la Corona Española se la arrebató por los grandes réditos que obtenía.

Riqueza. Más de 450 años, la mina proveyó de mercurio al imperio español.

Desde Santa Bárbara se enviaban toneladas del metal líquido a México y Bolivia, a fin de tratar el oro que extraían en esas colonias. En aquella época fue la más importante y única mina de mercurio en el mundo. Afirman también que es por ello que Huancavelica adoptó el sobrenombre de “Tierra del Mercurio”, un legado de los hombres que murieron en el interior de sus minas.

Existían tres grandes socavones y fueron llamados Chaclatacana, San Francisco y Santa Bárbara. Este último tenía una longitud de 501 metros.

Es también famosa la galería “Belén”, que fue iniciada en 1601 y tras 40 años de labores terminó con una extensión de 508 metros. En la entrada de ella todavía se puede apreciar el escudo del rey Carlos III y la figura de San Cristóbal en alto relieve, aunque bastante borrosos.

PATRIMONIO. Pese a que en 2008 fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación, la mina Santa Bárbara luce abandonada.

Actualmente, la Dirección Regional de Comercio Exterior y Turismo busca que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) la declare Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Esto último está más que justificado, señalan los expertos en temas culturales e históricos, por el intercambio de mercurio que se estableció desde el siglo XVI entre las minas de Almadén (España), Santa Bárbara (Perú) e Idira (Eslovenia) y la producción de plata de San Luis Potosí (México). 

Esto último está más que justificado, señalan los expertos en temas culturales e históricos, por el intercambio de mercurio que se estableció desde el siglo XVI entre las minas de Almadén (España), Santa Bárbara (Perú) e Idira (Eslovenia) y la producción de plata de San Luis Potosí (México).