Qué tal.
¿Se acuerdan de la patada de Alan García a Jesús Lora en las cuatro letras, allá por el año 2004? Bueno pues, el karma existe y un zapatazo diplomático -quizá más sonoro- acaba de recibir el exmandatario de parte de Uruguay al rechazar su pedido de asilo.
Se trata de un duro revés para García Pérez porque, luego de este episodio, compromete aún más su situación judicial al haber pretendido evadir las investigaciones por supuestamente haber recibido dinero sucio de la empresa Odebrecht.
El presidente “charrúa”, Tabaré Vázquez, fue tan claro como el agua: no hay “persecución política” contra Alan García en Perú, y adiós pampa mía. Que deje la embajada de su país en Lima y por sus propios medios.
Aparentemente Alan ya se las olía porque en días pasados trascendió que también había buscado refugio en otras naciones. Ahora, con impedimento de salida del país por 18 meses, la justicia lo tiene al alcance de la mano.
El presidente Martín Vizcarra, sin mencionar su nombre, tuiteó que “en el Perú nadie tiene corona. Nuestra democracia garantiza la independencia de poderes y el debido proceso”. Directo a la yugular.
Dicho esto, también es menester recordar que Alan es un hueso duro de roer. Algo debe estar tramando. Que no les quepa la menor duda.
OJO CON ESTO:
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