El cerebro, al igual que otros órganos, necesita de nutrientes de energía. Por ello, el (glucosa) es uno de sus nutrientes preferidos, pues le sirve como combustible arrancar y trabajar. Se estima que el 20% de la energía que proviene de los almidones y azúcares de la dieta la utiliza el cerebro.

Habrás notado que si transcurren 4 horas o más sin comer, el nivel de atención y alerta disminuyen y el estado de ánimo puede bajar o volverse irritable. Esto puede deberse a que al cerebro le falta esa energía, frente a esto una de las recomendaciones es tratar de mantener estables los niveles de glucosa sanguínea.

La fuente o tipo de azúcar que ingresa a tu cuerpo es uno de los factores determinantes de dicha estabilidad. No es lo mismo obtener azúcar del almidón de las menestras, que de un jugo de frutas o de una golosina. En estos dos últimos ejemplos, el azúcar llega rápido a la sangre y, de la misma manera, baja rápido no siendo eficiente la llegada al cerebro.

Incluye en cada tiempo de comida una porción pequeña de almidones de avena, papa, quinua, menestra, y no tanto de azúcar simple de jugos o golosinas.

TAGS RELACIONADOS