Uno de los nutrientes a destacar del pescado es el Omega 3, propio del pescado graso. Entre los más ricos figuran la anchoveta (2,3g en 100g de pescado), sardina (1,7g/100g), caballa (1,5g/100g), jurel (1,1g/100g) y salmón (1g/100g). Eso sí, debemos considerar la forma de cocción, ya que con la fritura se puede perder este nutriente; es mejor consumirlo a la parrilla, sudado, en cebiche, escabechado, etc.
También aporta proteína de alta calidad y suele ser un alimento de fácil digestión salvo para las personas con intolerancia a los frutos marinos.
Otros componentes nutritivos radican en las vitaminas y minerales que, tanto pescados grasos como magros, contienen. El aporte de yodo es mayor en los pescados que en otros alimentos, especialmente en los de tamaño pequeño porque permiten masticar los huesos que son fuente importante de calcio, entre otros minerales como el fósforo, yodo, magnesio, flúor, potasio, zinc y selenio.
Asimismo, los pescados grasos concentran en mayor medida las vitaminas A,D,E,K y, según la variedad, también contienen las del complejo B.
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