Existen cerca de 250 variedades de apio, cuyo tallo firme y fibroso aporta buena cantidad de fibra (2 gramos por cada 100) que favorece la prevención del estreñimiento pero, además, brinda saciedad. Estas cualidades, sumado a que en un 94.4% es agua, lo convierte en uno de los vegetales predilectos para el control de peso porque también es muy bajo en calorías (tan sólo 11 cal por cada 100g).

De ahí su gran difusión en los jugos verdes y una gran cantidad de mitos respecto a su capacidad de bajar la glucosa sanguínea, quemar grasa o desintoxicar. Estas atribuciones no han sido comprobadas hasta el momento. Lo que no consideran es que al pasar por un extractor o licuar pierde su fibra y buena parte de sus propiedades.

Por otro lado, concentra minerales como el potasio y sodio, electrolitos muy importantes para la hidratación y rehidratación durante el ejercicio, y la pérdida de líquidos por calor corporal. La mejor manera de consumir el apio es entero o picado crudo o en cocción.

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