Un accidente cerebrovascular ocurre cuando el flujo de sangre a una parte del cerebro se detiene. Es una situación grave y constituye una emergencia médica que puede dejar secuelas permanentes o temporales como las que limitan la capacidad de masticar o de deglutir alimentos.
Cuando quedan estas secuelas, debemos evitar que el paciente aspire por alimentos; es decir, que residuos de alimentos o líquidos ingresen a la vía respiratoria y provocar una neumonía por la aspiración. Para ello es muy importante que la persona ingiera alimentos con calma, sin distractores, acompañado y cambiando la consistencia del alimento; y la bebida, a una densa.
Alimentos graneados como el arroz, la quinua, el trigo o los líquidos muy fluidos como agua, refrescos, huevo pasado son los que más se suelen aspirar. Es más conveniente texturas pastosas y densas como puré espeso y en cuanto bebidas, jugos espesos.