Drama porque para muchas personas pensar, planificar, comprar y armar una lonchera puede ser algo muy complejo. También está la lucha frecuente con el menor que vela porque le den sus gustos y los padres con tal de que coman algo acceden mientras esconden su angustia por no enviarles algo nutritivo.
En otros casos la situación se vuelve tan simple como comprar un par de productos listos y meterlos en la lonchera.
La lonchera del escolar no es para calmar el hambre o llenarla de snacks de moda o de jugos con etiquetas del personaje favorito. La lonchera debe cubrir nutrientes y energía para su crecimiento y desarrollo.
Esta semana dedicaré mis columnas a compartir información que pueda guiarlos en el armado de una lonchera exitosa, es decir, orientarlos en lo que debe contener para que cubra las necesidades del menor y que le guste, pero también aspectos relacionados a la manipulación y conservación.