Si eres de los que intenta mejorar sus hábitos de alimentación, pero los antojos y la ansiedad por comer supera tu voluntad, es posible que la respuesta esté en tu calidad de sueño.

El estímulo por comer o dejar de comer está regulado por dos hormonas: la grelina que estimula el acto de comer y la leptina que más bien lo inhibe. Normalmente, estas actúan de manera eficiente ayudando así a controlar el apetito y, consecuentemente, el peso. Sin embargo, este circuito que interactúa con el cerebro puede alterarse si la persona no logra tener un sueño reparador o no duerme las 7 a 9 horas que se necesitan.

Si es tu caso, procura siempre despertar a la misma hora. Sin darte cuenta, tu horario de acostarse se irá graduando y retomará el ritmo. También evita el café y bebidas estimulantes entre 5 a 9 horas ante de acostarte y mantén una cena ligera y temprano.

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