Con las discotecas está pasando lo mismo que con los estadios de fútbol: se han vuelto un peligro.
Se supone que uno va a una disco a divertirse, a echarse un pie, a mover el esqueleto sanamente y también, por qué no, a tomarse un traguito, pero resulta que estos sitios son frecuentados por depravados que están a la caza de chicas indispuestas para abusar de ellas, como se ha visto en un video.
La Policía debe actuar con energía para encerrar a estas bestias de la noche, de lo contrario va a ocurrir un ausentismo, como en los estadios, que cada vez son menos visitados por las familias debido al temor al vandalismo.
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