Dice el dicho que no hay mal que por bien no venga, y desde el terremoto en México del pasado martes 19 salió nuevamente a relucir la fragilidad de las edificaciones en nuestro país; desde el Congreso hasta los hospitales, pasando por las construcciones de viviendas en los cerros y las viejas quintas del Centro de Lima.
Realidad que no solo aplica para la capital, también se replica en el interior del país.
Espacios tugurizados como Gamarra y el Mercado Central deben ser supervisados periódicamente y no cada vez que algún terremoto azota otro país, demostrando que ante estos fenómenos naturales solo toca estar prevenidos para no lamentar.
OJO CON ESTO:
Con OJO crítico: El Perú está primero
Con OJO crítico: Nada es imposible
Con OJO crítico: El pueblo pierde
Con OJO crítico: Alerta por sismos
Con OJO crítico: El terrorista no cambia
Con Ojo crítico: Imitar y aprender
Con OJO crítico: Estamos advertidos
Con OJO crítico: La palabra del ´Chino´
HAY MÁS...