Luego de lamentar la terrible muerte de un adolescente, sepultado por parte del cerro “7 de Octubre”, en El Agustino, la pregunta sigue siendo la misma: ¿Por qué se construye en lugares inapropiados, flanqueados por el riesgo inminente?
La necesidad de una vivienda no puede canjearse con la vida, porque eso es lo que se hace cuando se levanta una casa en las faldas de un cerro o el sendero de una acequia o riachuelo. ¿Y las autoridades? Recién aparecen con la tragedia encima y solo para lavarse las manos, como ha ocurrido en El Agustino. La prevención es nula en nuestro país.
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