Javier Cabello

Miles de argentinos se congregaron la madrugada del lunes en el Obelisco, símbolo emblemático de la ciudad de Buenos Aires tras ganar la selección “gaucha” la Copa América en Estados Unidos. El dron de un canal de televisión captó desde el cielo el mar humano que invadió la histórica y gigantesca avenida 9 de Julio. Las sorprendentes imágenes que vi por televisión me provocaron volver al pasado cuando caminaba por las calles del país de Messi y Maradona.

La mítica avenida Corrientes es mi zona preferida, ya que cada vez que llego a Argentina debo darle un par de días para recorrer las decenas de librerías que se encuentran establecidas desde hace décadas en dicha arteria. Cuando viajo tengo la costumbre de comprar libros que no encuentro en mi país y si tengo suerte hallo alguna “joyita” literaria. Me gusta “bucear” en las librerías de libros usados y revistas. Y fue así que encontré uno de los libros que buscaba desde hace mucho tiempo de mi escritor favorito, el polémico y “enfant terrible” Norman Mailer. Su libro “Fuera de la Ley. Los mejores ensayos” me costó 2 mil 500 pesos y al cambio resultó diez soles. Una ganga. Me saqué la lotería. Ese libro en Perú está a 70 soles. Por eso en mi equipaje siempre llevo una mochila vacía para traer libros y otros recuerdos que encuentro a donde voy.

Caminar por la avenida Corrientes es ingresar al corazón artístico, bohemio y cultural de Buenos Aires. También en esta vía podemos encontrar gran cantidad de teatros, cafés, bares, restaurantes y pizzerías. En esta avenida nadie duerme debido a que los turistas pasean día y noche buscando diversión y cultura. Y en verdad la madrugada del lunes los argentinos no durmieron porque festejaron hasta el día siguiente, incluso tuvieron que desalojarlos y se originaron enfrentamientos con la policía. Lamentablemente, los festejos dejaron un fallecido y fue un fanático que cayó desde lo alto de un cartel, mientras saltaba con la bandera albiceleste.

La felicidad de los argentinos me hizo buscar el álbum que salió después de que la selección peruana ganó la Copa América en 1975 en el estadio Olímpico de la Universidad Central de Caracas en Venezuela. La blanquirroja con gol de Hugo “Cholo” Sotil venció 1-0 a la selección colombiana y se quedó por segunda vez con la Copa América. La primera la había ganado en 1939. Las celebraciones al igual que en el país “gaucho” resultaron multitudinarias en las calles de Miraflores y en el Centro de Lima. Increíble.

Tras varias horas de búsqueda en los rincones de mi casa encontré el álbum “Futbol 75″ que contenía 352 figuritas de la editorial Navarrete. Presentaba a los jugadores de la “blanquirroja” así como a los integrantes de los equipos que participaban en el campeonato nacional llamado en ese entonces Descentralizado. Para rememorar esos sagrados episodios del balompié peruano comencé a hojear sus páginas. Se me querían caer las lágrimas de emoción al ver las fotos de los “héroes” que algún momento llevaron al país hasta lo alto del fútbol sudamericano. Estaban Otorino Sartor, Héctor Chumpitaz, Rubén Díaz, Julio Meléndez entre otros.

Mejor para cesar el drama cerré el álbum y volví a la realidad. Era de noche y deseaba escuchar música antes de dormir. Agarré el celular para buscar en Spotify la canción 11 y 6 del gran cantante argentino Fito Paez. “En un café se vieron por casualidad. Cansados en el alma de tanto andar. Ella tenía un clavel en la mano. Él se acercó, le preguntó si andaba bien. Llegaba a la ventana en puntas de pie. Y la llevó a caminar por Corrientes…”, tarareaba la canción mientras me quedaba profundamente dormido. Al día siguiente tenía una cita en el hospital pero esa es otra historia. Nos vemos.