La balsamina, también conocida como melón amargo, puede ser tóxica en altas cantidades debido a ciertos compuestos como las saponinas y los alcaloides, que pueden provocar efectos adversos. La toxicidad varía según la parte de la planta y el modo de consumo.

Algunos efectos de toxicidad por consumo excesivo incluyen náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal e, incluso, en casos extremos, síntomas neurológicos como dolor de cabeza o vértigo. No se ha establecido una cantidad exacta de consumo seguro para todos, pero los estudios y recomendaciones sugieren que las personas eviten consumir más de 50 gramos de la pulpa fresca por día.

La fruta madura y cocida es menos tóxica que los frutos verdes o inmaduros, que contienen una mayor concentración de compuestos potencialmente tóxicos. Las semillas también presentan un riesgo de toxicidad, especialmente si se consumen en grandes cantidades.

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