El primer punto que debes tener presente es que las necesidades de líquido siempre se incrementan, aun cuando no sientas que estas transpirando, y deberías aumentar tu consumo de líquido en 2 vasos más al día. Recuerda que la deshidratación en los niños y adulto mayores ocurre con mayor rapidez, en el caso de los mayores muchas veces no perciben o no manifiestan tener sed.

En segundo lugar, hay que incluir preparaciones que enfrían el cuerpo y es ahí que consumir helados de leche o paletas de fruta, así como bebidas a base de hielo son ideales. Ayudan al control de temperatura desde adentro.

Por último, las preparaciones deben ser sencillas, de fácil digestión y altas en fibra. Realmente, lo óptimo es tener una ensalada generosa con alguna proteína y fruta como fuente de carbohidratos. Recordemos que la digestión demanda alto trabajo cardiaco y, si a esto le sumamos el efecto del calor, la demanda de energía será mayor.

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