Don Juan

Ojo, pestaña y ceja colegas . Este dato es de cajón: si resides en Lima o Callao es fácil saber online si tu vehículo está autorizado por la y cumple la normativa vigente.

Recuerden, además, que durante la cuarentena o inmovilización social obligatoria (que para algunos es “cuarentena chicha”), en el nivel de alerta extremo, donde se incluye a la capital y el puerto, está prohibida la circulación de vehículos particulares y sí tienen luz verde el transporte público y los taxis acreditados.

Por eso resulta necesario que verifiquen que la “nave” que utilizan para el servicio de movilizar pasajeros cuente con los permisos respectivos. Sin más vueltas vayan al siguiente link y asunto arreglado:

Desde luego que, en la plataforma de consultas en línea de la ATU, al inicio, deben ingresar la placa del vehículo y no es necesario incluir el guion, ni distinguir entre letras mayúsculas y minúsculas. Lo demás es fácil.

BAÑO GRATIS. En realidad, la ATU se está portando chévere con los cañas. A través de la campaña “El Covid no viaja conmigo”, los taxis en regla son desinfectados gratuitamente en las siguientes direcciones: cuadra 18 de la Av. Angamos, en Surquillo; en el kilómetro 18.5 de Néstor Gambetta, en Ventanilla (hasta el 28 de febrero); y en la cuadra 20 de la avenida Argentina, en el Callao, de lunes a sábado, de 7 de la mañana a 2 de la tarde, hasta finales de marzo. La bañada de la máquina apenas dura 7 minutos.

La preocupación de la ATU es que ofrezcamos un servicio seguro a los clientes en estos tiempos de pandemia y no hay otra forma que respetando los protocolos de bioseguridad. En ese sentido, reitera que el taxi debe tener el panel separador y llevar como máximo tres pasajeros: dos en la parte posterior, con mascarilla, y uno en el asiento del copiloto, con mascarilla y protector facial obligatoriamente.

Si la campaña de la ATU se denomina “El Covid no viaja conmigo”, nosotros le agregamos “El Covid no toma taxi”. O si quieren “El Covid no viaja en taxi”.

Y nos vamos con el chiste del estribo. Un borracho para un taxi. – ¿A dónde lo llevo, señor? – A mi casa. – ¿Podría ser más específico? – ¡Al baño del primer piso! ¡Hasta el próximo miércoles!

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