Qué tal.

La  ya se parece a la Presidencia de la República: El que no cae, resbala, como en la casa del jabonero. Pasar por allí, por la Videna, como ocurrió antes con  y, ahora, con , es un trampolín seguro a la prisión.

Desde luego que esto no contenta a nadie. Todo lo contrario. Da vergüenza ajena porque nuestro balompié, mundialista en Rusia 2018 y poseedor de la mejor hinchada del planeta, no merece estar mezclado con espectáculos de corrupción ni wachiturros criminales.

El propio Ricardo Gareca debe estar rugiendo de cólera porque, de alguna manera, la detención de Oviedo, vinculado a “Los Cuellos Blancos del Puerto”, trastoca su trabajo al mando de la Selección Nacional.

Y es verdad. La Federación va camino a emular a Palacio de Gobierno. Los expresidentes Toledo, Humala, García y Kuczynski están en serios problemas con la justicia y juegan su partido aparte para terminar bien parados.

Agustín Lozano suplirá interinamente a Oviedo, pero sería interesante que un personaje serio como Juan Carlos Oblitas piense en asumir ahora o más tarde ese cargo protagónico. Y cuidado que la FIFA tiene los ojos encima de estos problemas.

OJO CON ESTO:

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