Qué tal.
La salida de Kenji Fujimori de Fuerza Popular estaba más cantada que el Himno Nacional, con el debido respeto al símbolo patrio. Más bien ya se estaba demorando mucho.
Y es que los hermanos Fujimori estaban empeñados en emular al agua y el aceite y, tarde o temprano, iban a terminar separándose, aunque -evidentemente- el que tenía que marcharse de la tienda naranja era el engreído de don Alberto.
Así las cosas, con el fujimorismo partido y la natural simpatía del expresidente por el hijo que lo sacó de la cárcel, el panorama se pone color de hormiga para la candidata y de nada servirán los lloriqueos de Becerril, Alcorta, entre otros. Ya la Cuculiza adelantó que se iría con el mejor de los Fujimori.
“FP ya no tiene autoridad moral”, dijo Kenji tras la declaración de Jorge Barata sobre la entrega de más de un millón de dólares para la campaña de Keiko. Tampoco, tampoco meditó el congresista y formalizó su renuncia.
¿Qué pasará ahora? Lo que se prevé es que la mandamás de Fuerza Popular pierda más congresistas y que Kenji siga avanzando, guiado seguramente por su padre. ¿O me van a decir que Alberto Fujimori le pondrá sus fichas a Keiko y dejará en el aire en Kenji? Claro que no.
¿Qué pasará ahora? Lo que se prevé es que la mandamás de Fuerza Popular pierda más congresistas y que Kenji siga avanzando, guiado seguramente por su padre. ¿O me van a decir que Alberto Fujimori le pondrá sus fichas a Keiko y dejará en el aire en Kenji? Claro que no.