El hierro. Forma la capa denominada ‘mielina’ que envuelve a las células nerviosas y se encarga de nutrirlas. Una embarazada con anemia no abastece hierro al bebé y, a largo plazo, puede afectar su capacidad de aprendizaje y la memoria.
Ácido fólico. Es indispensable para formar el ADN que carga toda la información genética. Si la madre agota sus reservas o no ingiere suficiente se corre el riesgo que el bebé nazca con defectos del tubo neural o espina bífida.
Calcio. Se tiene grandes reservas que serán tomadas del hueso y dientes de la madre si es que esta no ingiere suficiente calcio con los alimentos. Así, la madre terminaría descalcificada y con una alta posibilidad de desarrollar osteopenia u osteoporosis.
Proteínas. Ayuda a formar tejidos como la piel, músculos, hormonas, enzimas y muchas otras moléculas funcionales como neurotransmisores que regulan la conducta.
Omega 3. Únicamente las de tipo EPA y DHA conforman las células cerebrales. Mil millones de neuronas son las que se fabricarán en el feto y estos dos tipos de omega 3 deben abastecerse en cantidad suficiente para formarlas.
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