Amigos, mi objetivo es que se interesen en la salud y la nutrición, que aprendan que todo se trata de “prevenir” y también para que formen grupos de ayuno, los cuales vengo fomentando hace años. El ayuno es poderoso.

Mis colegas, los médicos cirujanos y colegiados, recetan pastillas, pero creo que lo mejor es activar el poder autocurativo del cuerpo. Nuestro cuerpo tiene un médico interno que necesita reposo, buena circulación, nutrición adecuada y ciertos secretos simples que debemos compartir.

Por ejemplo, al té se le ponen unas gotitas de limón para neutralizar los taninos y la teína. A la limonada añádele la cáscara del limón, que es poderosísima, tiene más vitaminas que el jugo solo.

Otro secreto es el té de salvado de trigo o afrecho. Hay que poner a dorar el salvado en la sartén. Cuatro cucharadas soperas de salvado previamente tostadito. Luego, ponlo a hervir en un litro de agua por 10 minutos con canela y nuez moscada. Cuélalo, bota el afrecho y el agua que queda se toma como un té. Evita ponerle azúcar. Es un súper té, es económico y tiene efectos importantes, hace bien al sistema nervioso y a la piel porque tiene sílice.

Otra cosita simple es tomar en la mañana, en ayunas, té con limón. Estamos saliendo del ayuno de la noche y en la mañana el cuerpo te pide algo calientito. O también el agua de cebada calientita. El agua de cebada desinflama, pero tiene que estar bien hecha, tiene que hervir 45 minutos. Los naturistas de la escuela persa recomiendan añadir higos y pasas al agua de cebada.

El agua de arroz, con dos cucharadas de arroz integral, previamente remojado de un día para otro, ayuda a combatir el acné. Es un tratamiento para el eccema: este padecimiento causa inflamación y ayuda a aliviar la comezón. En las cosas simples podemos encontrar la buena salud.

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