¡Sobrino! Por fin los precios de la economía aplacan su ira. No, no estoy diciendo que han bajado los precios. Pero lo cierto es que ya no se están disparando como lo hacían antes, sobre todo los precios de los alimentos que llevan buen tiempo preocupándonos.

El Banco Central se propone que el aumento de los precios esté en un rango de entre 1% y 3% cada año. Ni más, ni menos. Llevamos un par de años incumpliendo, sobre todo por temas internacionales y otros de acá del barrio. Hace un año, nuestra inflación se acercaba al 9% y la de los alimentos superaba el 16%. Ahora, ambas están por debajo del 3%. ¡Al fin!

Así que, después de la tormenta, siempre llega la calma. Pero esto con pinzas, sobrino. Tener los alimentos caros por tanto tiempo ha traído consecuencias sobre el bienestar de las familias, sobre todo de mis sobrinitos más chiquitos en temas como anemia y desnutrición. El Gobierno tiene que poner el ojo ahí para que las consecuencias no se hagan irreversibles.

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