¡Sobrino! Estoy preocupado, y con razón, porque mientras la delincuencia se multiplica, el presupuesto público para combatirla retrocede. Para el 2026, el presupuesto destinado a seguridad será 500 millones de soles menor que el de este año. ¡Así no se puede! Justo cuando los homicidios y las extorsiones van en aumento.
Solo entre enero y agosto, las denuncias por extorsión se multiplicaron por siete frente al 2019. ¿Y cómo respondemos? Con comisarías en mal estado y patrulleros que no arrancan. Así no se combate el crimen, pues.
Y no se trata solo de miedo, sobrino. La inseguridad también espanta la inversión, la chamba y el turismo. Miles de emprendedores gastan más en protegerse que en crecer. Otros ni siquiera se atreven a empezar. Y las grandes empresas tampoco se salvan: más de 7 mil millones de dólares en proyectos mineros están paralizados por la violencia.
Sin seguridad no hay progreso. Necesitamos más inversión, más inteligencia y decisión real para enfrentar el crimen. Porque si el delito avanza y el presupuesto retrocede, vamos perdiendo todos.
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