Cuando existen decisión y ganas de hacer las cosas bien, los resultados saltan a la vista. Un ejemplo de ello es la liberación de la empresaria Jackeline Salazar y la captura de la banda de secuestradores que la tuvo cautiva durante once días. Es decir, no hay atenuantes para exigirle más y mejores resultados a la Policía Nacional en la lucha contra la delincuencia. Si los policías cumplieran su deber como debe ser, que para ello el Estado les paga un sueldo, estamos seguros de que pronto bajarán las cifras de asesinatos y robos en nuestras ciudades. Y este deber corresponde a todas las autoridades, principalmente a las elegidas por voto popular como alcaldes y gobernadores regionales, quienes deben gestionar y ejecutar obras en beneficio de sus pueblos. Y no queremos seguir informando de aquellas malas autoridades, enjuiciadas y encarceladas por corrupción, que es otro cáncer que retrasa el desarrollo del país.