La protesta es un derecho, pero el daño a la propiedad privada y a las instituciones públicas con actos de vandalismo no lo es, y como tal deben ser sancionados los responsables de estos hechos, así como a los azuzadores. Dónde están las autoridades que no toman medidas drásticas para frenar los actos de violencia que han cobrado la vida de 6 personas, entre ellos menores de edad. Es momento de que la Policía y el Ejército salgan a poner orden y frenar esta ola violentista. La Fiscalía también tiene que investigar quiénes están detrás de estos disturbios, porque no hay duda de la existencia de grupos que están financiando estas movilizaciones violentas, que solo buscan generar caos. El discurso de odio impulsado por algunas exautoridades, y también las carencias que por años han sufrido poblaciones enteras en el interior del país, han servido de caldo de cultivo para gestar estas protestas. Basta ya. Los peruanos sí queremos cambios, pero no sobre las mismas reglas de juego. Es preciso generar el ambiente idóneo para convocar a nuevas elecciones. Ya basta de elegir entre el mal menor.