Cuando se piensa que la delincuencia que nos golpea ya no puede actuar con mayor crueldad, siempre ocurre algo más pavoroso y terrible que lo anterior. Esta vez hemos sido testigos del horrendo crimen del empresario minero Santos Sánchez Vera, quien fue sometido a torturas antes de ser asesinado en Santiago de Chuco, en la región La Libertad. Los miserables que acabaron con su vida abandonaron el cuerpo en un lejano paraje con una inscripción que decía “por no pagar completo”. Sí, a esto hemos llegado en el Perú donde, hasta hace uno o dos años, los secuestros parecían ser cosas del pasado. ¿Y qué vemos desde el gobierno? La pelea entre el ministro del Interior y el comandante general de la Policía Nacional que acaba de ser echado, aunque el primero de ellos se aferra al cargo. El ciudadano de a pie está desprotegido ante el accionar de criminales como los que, además, mataron hace dos días a una mujer en La Molina, a la que ye le habían matado a otros parientes. De terror.