Ayer la Policía Nacional cayó con todo en una discoteca donde fueron intervenidas 91 personas, 88 de ellas venezolanas, que participaban de una jarana en una discoteca de San Juan de Lurigancho. Esto no tendría mucho de extraño si no fuera porque esta gente ha sido intervenida con armas y droga, y evidencias que la relacionan con el delito de extorsión. Entre los detenidos hay cinco extranjeros que antes cayeron en el llamado “Búnker de Pachacámac” y que fueron liberados por tener como cómplices, en la práctica, a malos jueces y fiscales. Ahora habrá que ver qué ocurre con estas personas, que evidentemente no se habían juntado para rezar o ver telenovelas. Estos malandrines tienen que responder por los cargos que pesan sobre ellos, o en todo caso ser expulsados a su país de origen para que no vuelvan nunca más. En este diario estaremos muy atentos al accionar del Ministerio Público y el Poder Judicial, a fin de que no suelten a quienes parecen ser sus “engreídos”.