El criminal de guerra Vladímir Putin debe estar muy feliz en su escondite del Kremlin luego que un grupo de 13 legisladores peruanos fueron hasta Moscú a lavarle la cara ante el mundo que lo mira con espanto, en momentos en que desataba una ofensiva mortal en el marco de su invasión a Ucrania. Pero al menos el izquierdista Guillermo Bermejo, célebre por no creer en “pelotudeces democráticas”, no solo ha ido a ponerse de rodillas ante un genocida de estos tiempos, sino también ante uno del pasado, como lo ha sido Stalin, a quien le puso flores sin importarle que este indeseable es el responsable de millones de muertes en su país. Acá lloran por los “derechos humanos”, pero allá se tiran al piso ante los carniceros, a cambio de un billete de avión, buenos hoteles y alguna comilona. Buen provecho, señores. Ya llegará el momento en que tengan que rendir cuentas ante los peruanos que los querían acá al menos para que hagan la finta de que trabajan y se preocupan por su país.