La fuga del doblemente condenado por corrupción, Vladimir Cerrón, tiene que ser aclarada por la Policía Nacional, que desde semanas atrás ha debido vigilar a este sujeto al que se le iba a dictar la sentencia que finalmente lo mandó a la cárcel por tres años y medio. Con Cerrón ha pasado lo mismo que con el ministro castillista Juan Silva, quien se evadió cuando le acababan de dar arresto preventivo por ratero. Ha pasado año y medio de esto, y nadie lo encuentra. ¿Qué pasó con la vigilancia? Algo similar ocurrió en 2018 con el “hermanito” César Hinostroza, quien más tarde apareció en España y hasta hoy se sigue riendo de la justicia peruana. Acá algo huele muy mal, por lo que, repetimos, los peruanos tenemos que saber por qué tanto relajo cuando se trata de estar atentos con quienes es probable dictarles orden de prisión. ¿Quién responde por esto? ¿Quién ha dejado escapar al megacorrupto ex gobernador regional de Junín?
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