La congresista Isabel Cortez, conocida como “Chabelita”, ha sido ampayada por un programa dominical aprovechando un viaje de representación pagado con fondos públicos, es decir, con plata de todos los peruanos, para hacer campaña y promocionar el partido político que busca armar. Esto, aparte de un posible delito, es una tremenda sinvergüencería digna de nuestros “otorongos”. Recordemos que esta legisladora de izquierda, que trabajó como obrera municipal, se llenaba la boca cuestionando a los políticos que se valen del pueblo para poner por delante sus intereses. Sin embargo, hoy se ha convertido en una más de todos esos que llegan al poder con mucho discurso y mucho palabreo, para terminar sacándole la vuelta a sus propios electores que quizá votaron por ella al sentirse identificados con sus antecedentes de mujer trabajadora. Otro tremendo fiasco, otro falso valor que ojalá sea sancionado como manda la ley.