Roselli Amuruz ha sido cuestionada por participar en una fiesta que terminó en un asesinato en Lince. (Foto: Congreso)
Roselli Amuruz ha sido cuestionada por participar en una fiesta que terminó en un asesinato en Lince. (Foto: Congreso)

Parece que una noche de farra y diversión al son de orquestas de salsa cubana, mientras aún se velaban los restos de Hernando “Nano” Guerra García, podría costarle caro a su colega Roselli Amuruz, pues la jarana no solo acabó con balacera y un fallecido en una calle de Lince, sino que además ha destapado nexos nada santos de la negada pareja de la legisladora de Avanza País con una manga de malandrines del Callao que de una forma u otra han logrado infiltrar a la política, haciéndola caer aún más bajo de lo que ya estaba. Estos hechos no pueden ser pasados por agua tibia. Merecerían una dura sanción. Sin embargo, lamentablemente, es muy probable que esto no suceda en el reino de los “niños”, “mochasueldos”, “viajeritos”, filoterroristas, agresores de mujeres y demás especímenes que pululan en nuestro Poder Legislativo. Así estamos por culpa de partidos políticos que por un poco de plata para la campaña ponen a cualquier payasito/a, loquito/a o tiktokero/a en los primeros puestos de las listas de candidatos. ¿Y la reforma política-electoral? Una vergüenza.